Un miau

Yo tuve mis principios,
no quería
ningún gato en casa,
pero un miau silencioso
cambió mi mundo.
Sentí un amor desconocido,
sin ninguna
resistencia disponible,
mi corazón solo dijo:
‘bienvenido’.
Y recibí el don
más precioso:
sus amistades.

El ronroneo

Sara,
me has enseñado
a pensar
con el corazón,
a confiar
en la intuición.
Nunca olvidaré
que siempre,
que pensaba
demasiado en una cosa,
te echabas
sobre uno de mis libros
a ronronear.